martes, 31 de marzo de 2015

Soy una maravillosa herida que se abre para sangrar, ese liquido que alimenta a los muertos y a nuestros ancestros y solo puede tener un nombre de inconfundible sabor marino.
Soy ese líquido que empapa mis entrañas de un extraño furor, vivo y cristalino, que encoge solo cuando en una confidencia a mis hermanos, hablo de él.
Porque es un secreto que cualquiera esconde, una mirada llena de matices calcedonios, una gigantesca cúpula de cristal bajo la cual se alzan los arboles mas grandes de la primavera.
Soy un microbio inundado de sal de baño, soy esa herida en el mundo, el único percusionista de una banda de jazz que clama por las calles la vuelta de cada flor para cada dama.
Soy una maravillosa herida que se abre para sangrar. Y una vez abierta, nunca para.

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